Yoga for pain relief

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NCCIH Clinical Digestpara profesionales de la saludYoga para el dolor: lo que dice la cienciaSeptiembre 2020Guías clínicas, literatura científica, información para pacientes: Yoga para el dolorFibromialgiaRevisiones sistemáticas y ensayos clínicos aleatorizados recientes proporcionan pruebas alentadoras de que algunas prácticas de mente y cuerpo, como el yoga, pueden ayudar a aliviar algunos síntomas de la fibromialgia. Los criterios diagnósticos actuales están disponibles en el Colegio Americano de Reumatología. El tratamiento suele consistir en un enfoque individualizado que puede incluir tanto terapias farmacológicas (medicamentos recetados, analgésicos y AINE) como intervenciones no farmacológicas como ejercicio, entrenamiento de la fuerza muscular, terapia cognitivo-conductual, prácticas de conciencia del movimiento/cuerpo, masaje, acupuntura y balneoterapia.

Dolor lumbarEn el caso de los pacientes con dolor lumbar crónico, las recientes directrices de práctica clínica basadas en la evidencia del Colegio Americano de Médicos recomiendan encarecidamente, basándose en pruebas de calidad moderada, que los médicos y los pacientes elijan inicialmente un tratamiento no farmacológico con ejercicio, rehabilitación multidisciplinar, acupuntura o reducción del estrés basada en la atención plena. Las directrices también recomiendan encarecidamente, basándose en pruebas de baja calidad, varios enfoques de la mente y el cuerpo, incluido el yoga.

Yoga para el dolor crónico

El yoga es una práctica de mente-cuerpo y ejercicio que combina el control de la respiración, la meditación y movimientos para estirar y fortalecer los músculos. Lo que diferencia al yoga de la mayoría de los demás programas de ejercicio es que pone tanto énfasis en la aptitud mental como en la física.

El yoga se practica desde hace miles de años. Dada su historia, se han desarrollado varios tipos de yoga La forma más popular practicada en Estados Unidos es el hatha yoga, del que existen numerosas variantes.

El yoga puede ayudar a las personas con artritis, fibromialgia, migraña, lumbalgia y muchos otros tipos de dolor crónico. Un estudio publicado en Annals of Internal Medicine descubrió que entre 313 personas con lumbalgia crónica, una clase semanal de yoga aumentaba la movilidad más que la atención médica estándar para la afección. Otro estudio publicado casi al mismo tiempo descubrió que el yoga era comparable a la terapia de ejercicio estándar para aliviar el dolor lumbar crónico.

Un metaanálisis de 17 estudios que incluyeron a más de 1.600 participantes concluyó que el yoga puede mejorar la función diaria entre las personas con fibromialgia osteoporosis relacionada con la curvatura de la columna vertebral. La práctica del yoga también mejoró el estado de ánimo y el bienestar psicosocial.

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El dolor lumbar es muy común tanto si eres deportista como si tienes un trabajo sedentario. Como fisioterapeuta e instructora de yoga titulada, he elaborado una serie de posturas de yoga sencillas para aliviar el dolor de espalda. Si usted tiene alguna preocupación con estos ejercicios, hable con un proveedor médico acerca de su historial médico antes de comenzar.

Estas posturas de yoga ayudan a fortalecer y estirar la parte baja de la espalda y el abdomen, ayudando a reducir la tensión y aliviar el dolor de espalda. El estiramiento en el yoga es beneficioso, ya que ayuda a relajar los músculos, aumentar el flujo sanguíneo y nutrir los grupos musculares sobrecargados o agarrotados.

Yoga restaurativo para el dolor crónico

A menudo encontramos metáforas de la vida en nuestra práctica de yoga, y aquellos de nosotros que llegamos al yoga rígidos o débiles estamos muy familiarizados con la confrontación de nuestros bordes. En la mayoría de las sociedades urbanas contemporáneas, estamos expuestos con frecuencia a la confrontación: en nuestras comunidades, nuestras relaciones, nuestros trabajos… y la lista continúa. Nuestro éxito a la hora de afrontar la confrontación y el estrés que genera depende de nuestra capacidad para reconocer y adaptarnos a lo que se presenta en esas situaciones. A menudo es fácil evitar la confrontación hasta que alcanza un cierto nivel de intensidad y nos vemos obligados a abordar lo que se interpone en nuestro camino.

Cuando nuestras herramientas para afrontar la confrontación se ven desbordadas y lo que percibimos como nuestra propia naturaleza se ve amenazado, nuestros sistemas vitales -mental, emocional y físico- empiezan a contraerse. Si ignoramos esta contracción durante demasiado tiempo, puede colorear la forma en que percibimos nuestra realidad, y lo que es muy poco natural para un cuerpo sano empieza a parecer natural. Debido a que este proceso se produce durante largos periodos de tiempo, como en el proceso de envejecimiento, a menudo no somos conscientes de que está ocurriendo hasta que ya no tenemos remedio.

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